¿Se ve mejor el mundo detrás de una lente? (II de II)


Es fácil tomar fotos pero no capturar momentos

Es fácil tomar fotos pero no capturar momentos

Asistíamos a la inauguración de una obra pública y el funcionario encargado se dispuso a dar su discurso en el improvisado salón. Entonces, un camarógrafo elegantemente vestido se colocó justo enfrente del orador, exactamente entre él y los asistentes al acto. Durante todo el evento no se movió. Siguió parado obteniendo una excelente toma de primer plano que seguramente está no tan bien almacenada como el recuerdo de su mal educada actitud de ese día. Era como si nos estuviera diciendo: no importan ustedes, lo importante es que yo tenga una buena toma que después se pueda usar para publicitar las obras del gobierno, ustedes vean mi espalda.

La primera regla de todo camarógrafo debería ser: nunca convertirse en el centro de atención. En cuanto el fotógrafo o el camarógrafo en un evento empiezan a llamar la atención por su forma de filmar o fotografiar entonces algo está mal. La mejor cámara es aquella que pasa inadvertida, que no distrae de lo importante que está ocurriendo y que permite ponerle atención a los verdaderos protagonistas.

Volvamos al punto inicial. Esto de tomar fotos en algunas personas es tan obsesivo que parece que en realidad no ven nada del evento directamente porque siempre tienen enfrente la cámara. Obstruyendo entre ellos y las personas hay un aparato que impide mirar a los ojos directamente, que evita dedicar la sonrisa a alguien (se sonríe “a la cámara”) y que aísla al dedicado fotógrafo de la convivencia social.

Es muy bonito ver fotos viejas, sobre todo por los recuerdos que evocan, pero para evocar recuerdos bastan unas pocas fotos y ni siquiera tienen que ser excelentes fotos, es suficiente con que nos hagan volver a ese lugar y tiempo maravillosos en que se tomaron.

Por supuesto que existen las buenas fotos y también las excepcionales. En la sala de nuestra casa tenemos una ampliación – lo más grande que pudimos – de una foto de nuestros hijos que a mi me parece mágica cada vez que la veo. Y como sucede a menudo en estos casos, la foto se tomó casi sin proponérselo, pero al verla después descubrimos que era grandiosa para nosotros porque a mucha gente puede no pasar de parecerle una foto más de niños sonrientes.

Claro que quisiera tener más fotos como esa, pero no me preocupa demasiado. Ya se que preocuparse mucho por eso es camino seguro para obsesionarse con la fotografía y empezar a perderse momentos de vida por buscar buenas fotos.

Buscando la foto podemos perdernos el momento

Buscando la foto podemos perdernos el momento

Algo más me reafirmó esta creencia. Vi a Juan Pablo II varias veces en sus visitas a Guatemala y en 1993 en Denver Colorado por la Jornada Mundial de la Juventud. Al igual que la de muchos hombres y mujeres de corazón grande y alma límpida, la mirada del papa polaco era de tal intensidad que uno sentía que iba dirigida sólo a uno, aunque estuviera entre miles de personas.

Pero una vez, viendo una página de noticias, me topé con una foto impresionante. Estaba el papa en primer plano y detrás de él una multitud muy cerca, todos – o casi todos – viendo hacia la pequeña pantalla de una cámara. Eso me hizo hacerme esta pregunta por primera vez ¿es que acaso se ve mejor el mundo detrás de una cámara?

Otro punto importante es que por mucho que ahora sea tan fácil tomar fotos y videos y luego compartirlos, los recuerdos no dejan de ser personales y esos no se pueden compartir tan fácilmente.

Por eso a veces es también chocante ver (o ser obligado a ver) las fotos personales o familiares de alguien más. Como no podemos empatizar tanto con los dueños de las fotos como para comprender exactamente qué sienten ellos al ver esas imágenes, esa exposición puede resultar aburrida o hasta algo ridícula.

En resumen, el mundo definitivamente se ve mejor cuando se ve y se disfruta directamente, sin cámaras de por medio, la foto es para el recuerdo, pero no es el recuerdo.

  1. #1 by Anónima on 26 January 2010 - 8:49 am

    Te doy toda la razón. A lo mejor todos saldríamos mejor en la fotos si sonriésemos al fotógrafo en vez de a la cámara.

  2. #2 by Leonel on 26 January 2010 - 22:01 pm

    Exacto!
    Parece que hay tantas cosas que son gratis, pero las sonrisas son tan fáciles de dar y sin embargo se regatean tanto…

  3. #3 by Rober on 11 February 2010 - 11:10 am

    ya tengo muy visto la gente que va a un concierto y prefiere mirar la megapantalla que te enseña el escenario que el escenario en si haun que lo vean bien, esto no esta bien, que el tubo nos absorbe los sentimentos por dios.

    SEETECH

  4. #4 by Leonel on 11 February 2010 - 21:54 pm

    Buen punto Rober, no voy mucho a conciertos, así que no lo había notado, pero creo que tienes toda la razón, al fin y al cabo las cámaras siempre están buscando el mejor ángulo, así que terminas viendo sólo una parte del artista y no lo ves como persona.
    Saludos!

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