Maestros Medievales


En el museo del observatorio Adler en Chicago. La nota dice: Está Usted entrando en un salón de clases medieval. Aquí, hombres jóvenes buscando educación, aprendían astronomía. El profesor leía un libro escrito por un antiguo escolástico, y los estudiantes seguían la lectura en sus ejemplares. Los maestros no motivaban la discusión ni las preguntas, así que los estudiantes de la última fila a menudo platicaban o dormían.

En el museo del observatorio Adler en Chicago. La nota dice: Está Usted entrando en un salón de clases medieval. Aquí, hombres jóvenes buscando educación, aprendían astronomía. El profesor leía un libro escrito por un antiguo escolástico, y los estudiantes seguían la lectura en sus ejemplares. Los maestros no motivaban la discusión ni las preguntas, así que los estudiantes de la última fila a menudo platicaban o dormían.

Hace pocos días, luego de leer un par de artículos de Nancy Arroyave, en su blog Historias Citadinas, me acordé de una foto que tomé cuando estuvimos en el Observatorio Adler de la ciudad de Chicago en Noviembre del año pasado.

Hay un salón en el museo del observatorio, donde se puede apreciar cómo se aprendía astronomía en las universidades de la edad media. Uno se puede vestir con togas académicas para tomarse fotos como si fuera profesor o alumno. Resulta divertido y educativo al mismo tiempo. Toda la familia disfrutamos mucho aquello.

También hay una ilustración de cómo era el proceso de enseñanza-aprendizaje en aquel entonces. Los maestros, sentados en la cátedra, leían los documentos antiguos disponibles sin permitir que los alumnos hicieran preguntas o discutieran lo que el profesor leía o decía.

A primera vista el proceso nos puede parecer de lo más inadecuado desde el punto de vista pedagógico, y de hecho lo es, pero hay que tomar en cuenta que lo que se hacía en la edad media se hacía con los conocimientos y herramientas disponibles para una época que pasó hace más de 500 años.

Entonces no hay que juzgarlos con los parámetros actuales. Las universidades nacieron en la edad media y sus predecesores eran entre otras las academias griegas y romanas, como la escuela Peripatética de Aristóteles. Pero dado que en aquellos tiempos la difusión de las ciencias era muy limitada, y no se disponía del conocimiento y medios actuales, es muy difícil que las prácticas de los mejores maestros llegaran a las aulas.

Con todo existieron grandes maestros en la edad media. Está el caso de San Alberto Magno, San Buenaventura, y sobre todo Santo Tomás de Aquino, cumbres del pensamiento escolástico medieval.

Ahora bien, lo que no es admisible desde ningún punto de vista es el que esos métodos medievales se sigan utilizando hoy en día, pero, como siempre hay maestros cómodos, y nada más cómodo que llegar a “dar clases” y poner a los alumnos a leer un texto, en voz alta, por turnos, y sólo comentar de vez en cuando para que no digan que se pasaron toda la clase leyendo; pues resulta que con eso exactamente me encontré yo… ¡en una clase de maestría! ¡Apenas el año pasado! (2008).

De verdad qué impresión más lamentable la que me dio aquel profesor. Le escribí varias veces haciéndole ver que no estaba de acuerdo con el método y con exámenes que preguntaban cosas de memoria y donde las respuestas se calificaban en base a si coincidían con el libro o no.

Finalmente me gradué y la maestría me dejó muchísimas cosas buenas, además de este recuerdo lamentable. Otro día les contaré de las cosas buenas que aprendí.

  1. #1 by Nancy on 24 May 2009 - 10:06 am

    Gracia por los enlaces. Yo también empecé una maestría en Derechos Humanos, pero no la terminé. Soy de las personas que se desmotivan fácilmente (me refiero a la experiencia académica). Si un profesor no acapara mi interés y atenció… mejor me voy a otra parte. Eso me ocurrió en la maestría. El catedrático, un personaje de la vida pública nacional, repartió los temas de su programa por grupos, para que nosotros los estudiantes lo desarrolláramos. ¡Qué manera más abusiva de cobrar su sueldo! Ni siquiera nos orientó en la investigación. Así que cada grupo debía exponer lo investigado. Éramos todos profesionales pero ¿es eso suficiente para creer que íbamos a sustituir al catedrático? La práctica nos dice que NO. Hay en este mundo tanta mediocridad con título universitario que yo no me fío de nadie… ni siquiera de los docentes de maestría.

  2. #2 by Leonel on 24 May 2009 - 10:50 am

    Hola Nancy!
    Bueno, ahora ya compartimos experiencias. Tienes todisísima la razón, por no decir más. Es un abuso el de ciertos profesores que se conforman con poner a los alumnos a “exponer”.
    Qué pena que por catedráticos así haya gente que no se gradúa, teniendo todas las capacidades y a veces hasta más de los conocimientos requeridos.
    Sabes que nos encanta tu blog, apapachos!!!

  3. #3 by Oskar Morales on 21 February 2011 - 18:10 pm

    Que pena que este pasando todo eso, pero, existe algo muy importante en el mundo actual, y es desde la optica que la interpretas, como profesional tenes que entrar en el mundo dela investigacion, el comportamiento tiene que ser cualitativo, es la observacion intelectual-practica la que determinan tus valores, no es la universidad ni el profesor es la magia de tu observacion la que determina la diferencia y donde vas ha encontrar tus fallas segui adelante si caes levantate, no tengas derrotero se hace camino al andar, en la vida si buscas encontraras despejar incognitas,solo intentando lo imposible se logra lo posible, adelante tenes que tener una mente capaz de alcanzar propositos, empeza hoy. atentamente.Oskar

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